miércoles, 16 de febrero de 2011

ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO

EL CINQUECENTO

ROMA
La superioridad de Florencia desapareció con la caída de los Médicis y con la expedición armada contra Italia del rey de Francia, Carlos VIII.
Al comenzar el siglo XVI, Roma se convierte en la capital artística de Italia y los mecenas más importantes serán los Papas Julio II y León X.
Los grandes artistas (Miguel Ángel, Leonardo) son llamados a Roma por Julio II y encuentran en la ciudad eterna importantes testimonios de la Antigüedad y un ambiente de riqueza y de poder.
Todo ello permitió a Roma ponerse en cabeza del mundo occidental durante treinta años, en lo que al arte se refiere.
Los artistas del 1500 tomaban como modelo de belleza la naturaleza y querían imitarla fielmente.
Pero, poco a poco, se piensa que la representación idealizada de la naturaleza puede alcanzar mayor grado de belleza aún. De este modo va apareciendo un nuevo estilo que recibirá el nombre de Clasicismo.

El arquitecto principal es Donato BRAMANTE quien en el Templete de San Pedro in Montorioo se va a encargar de demostrar que lo grandioso nada tiene que ver con el tamaño.
Se trata de un pequeño edificio conmemorativo encargado por Los Reyes de España para realizar el lugar en el que fue crucificado san Pedro y al que se accede por una cámara subterránea en la que se venera el agujere donde pretendidamente fue clavada la cruz del martirio. La arquitectura clásica Se adapta o las soluciones de renacimiento para demostrar todo un ideal arquitectónico
La descripción deja estos extremos evidentes. Un templo circular, monóptero, de orden toscano, con una cúpula sobre tambor con nichos.
Los elementos decorativos se reducen al máximo. Los vanos, abiertos tanto en la parte superior como inferior del cuerpo central, tienen un papel de fuente luminosa del edificio; el escudo sobre el vano central de arriba continúa la línea vertical creada por ese vano superior y su correspondiente, la puerta de entrada de la parte baja; el friso decorado con triglifos y metopas, cuya decoración alude al martirio del apóstol, está sostenido por la columnata inferior y, a su vez, sirve de soporte a la balaustrada de la zona alta.

La cumbre de la creación de un espacio religioso durante el renacimiento la encontramos en San Pedro del Vaticano. El Papa Julio II llama a los arquitectos más importantes para construir San Pedro. Bramante proyectó un templo de cruz griega con una cúpula central. Cuando muere en 1514, se encargan las obras a Rafael y a Sangallo; y en 1547 se confian a Miguel Ángel que amplía la planta de la Iglesia y construye una inmensa cúpula que llega a medir 132 metros de altura por 42 de diámetro. En el siglo XVII, el arquitecto barroco Berníni edifica la monumental columnata semicircular que rodea la plaza de San Pedro. La iglesia de San Pedro sirvió de modelo e inspiración tanto a arquitectos renacentistas como a otros posteriores.
En 1546 Miguel Ángel se hace cargo de las obras. Abre la planta en sus esquinas y corona el espacio con una impresionante cúpula de 138 metros de altura contrarrestada por tribunas absidales y que apoya interiormente en cuatro gigantescos pilares macizos de 18 metros de grosor.
Para la cúpula un doble casquete como en San Lorenzo pero más grande y con tambor  de     mayor     altura. En el tambor, contrafuertes subrayados con parejas de órdenes corintios   que   continúan   en   los nervios netamente acusados en el extradós de la cúpula que rematarán con pares de columnillas en la linterna, ceñido todo por la cinta del entablamento.
Un ejemplo fundamental lo podemos encontrar en la Iglesia de Gesú en Roma, obra del arquitecto Vignola (1507-1573). Esta obra es la iglesia prototipo de los edificios religiosos de la Contrarreforma. Las iglesias sobre pilastras habían surgido a finales del gótico.  La Contrarreforma
plantea unas nuevas necesidades: el sentido universal del espacio; la predicación de masas y la propaganda religiosa. No se requieren ni galerías, ni naves laterales sino un ESPACIO UNITARIO. El resultado es la nave única en la que se abren profundas capillas laterales sin destacar el crucero con lo que se acortan en la proporción total la proyección lateral de los brazos de la cruz mientras se ensancha la nave central y se concentran las pilastras constituyendo un orden de dobles pilastras.
La solución proporciona un espacio uniforme y unitario: al desaparecer la independencia de las formas aisladas se establece un continuo entre el cañón de la nave central, el tambor y la cúpula que abre la nave hacia arriba y el altar. La luz incide a través de grandes ventanales a gran altura y se suma a la iluminación de la cúpula.
La forma dinámica de las volutas condensa ambos pisos en una unidad y amortigua el verticalismo. Los elementos plásticos los ha concentrado hacia la mitad y así el edículo del portal central con su duplicación y modificación de la forma es una hermosa variante manierista.

La casa rural o villa de recreo forma un grupo aparte. Aquí la tipología va a nacer en Venecia;m un buen ejemplo es la Villa Copra en Vicenza (llamada La Rotonda} de PALADIO (1508-80).
Es la mansión de Copra, un nuevo rico. Se erige sobre basamento y en los sótanos sitúa las cocinas y la administración; la sala circular es el salón y las habitaciones se disponen en los ángulos. Si vemos la planta, Palladio ha optado por la simplicidad absoluta basada en la cultura clásica: el cuadrado y el círculo. Después ha fabricado cuatro pórticos de templos romanos mirando a cada uno de los puntos cardinales. Quizá sea la primera vez que la arquitectura occidental integra la arquitectura en el paisaje.

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