sábado, 7 de septiembre de 2013

INFORMACIÓN AL ALUMNADO


Todas/os nosotras/os somos arte, por ello seguro que al elegir esta materia, has dicho, lo voy a pasar bien, y estás en lo cierto, lo pasarás bien y eso es lo importante. Además aprenderemos cosas interesantes,  como saber ver una obra de arte, conocer nuestro patrimonio cultural (zaragozano y aragonés) y distinguir las producciones artísticas humanas a lo largo de la historia.  
A lo largo del curso perseguiremos tres objetivos:
  1. Aprobar la materia
  2. Aprobar selectividad (sólo aquella persona que tenga la suerte de elegirla)
  3. Aprender algo de arte.

PROGRAMA DEL ARMONIZADOR DE LA SELECTIVIDAD

1. GRECIA.- La búsqueda de la belleza.
-    Arquitectura: Los órdenes clásicos; principales tipologías arquitectónicas.
-    Características y evolución de la escultura griega.
Ilustraciones:
  •  Órdenes arquitectónicos
  •  Partenón (planta, exterior, interior)
  • Teatro de Epidauro
  • El friso de las Panateneas
  • el Doríforo de Policleto
  • Laoconte y sus Hijos
  •  

    JUEGOS ARTE GRIEGO

    PICAR AQUÍ, juego Orden Dórico

    PICAR AQUÍ, juego Orden Corintio

    PICAR AQUÍ, planta de templo griego

    ARQUITECTURA GRIEGA

    El arte en Grecia surge de un período sombrío (S. X, IX y VIII) con una mezcla de lo nuevo y de lo viejo, de lo cretomicénico y de lo dórico.  Solón representa la más nítida y sucinta expresión del arle griego, clásico por excelencia. Es decir, la expresión del equilibrio, de la euritmia, de la clara función de los miembros arquitectónicos, la armonía y la belleza en las proporciones, en la arquitectura; la sutil modulación del plano, la moderación en las actitudes, la clara definición del contorno, el sentido de la medida, en la escultura. En resumen, la elevación del conjunto hacia un ideal, a tenor del gusto estético del hombre mediterráneo, occidental. Pero hay que decir que existen tres elementos constitutivos de la cultura griega:
    1. Los dorios aportaron la rigidez, la dureza, el espíritu militar y deportivo, el estilo geométrico.
    2. De las supervivencias cretomicénicas quedó el gusto por la belleza como algo ideal, utópico, el amor a la naturaleza, a la luz mediterránea, el concepto de proporción y armonía.
    3. De su  vecino, el Imperio Persa y de la civilización egipcia, su tradición cultural mucho más antigua, el cual se manifiesta sobre todo en la majestuosidad y el gusto por lo fastuoso del período helenístico.

    Grecia from artecreha on Vimeo.
    Podemos dividir el arte griego en tres etapas bien diferenciadas:
    1 Época arcaica: Fase de formación de la polis griega durante el siglo VIII y ya en siglo VI fase de plena expansión con la colonización mediterránea. Es una fase de ascenso cultural.
    2 Época clásica: Los frutos de la colonización convierten a las polis griegas en ciudades ricas y prósperas. Es la fase de plena hegemonía helena y de cenit cultural. Se corresponde con el siglo V y  IV a.C. (hasta el 313). A este siglo V también se le llama el siglo de Pericles.
    3 Época helenística: La colonización se ha paralizado y está en franco retroceso. Paralelamente comienzan las guerras civiles entre polis, las guerras médicas contra el vecino
    persa y la unificación del territorio heleno bajo la hegemonía de Macedonia. Por último, la cultura helena se extiende gracias al Imperio de Alejandro Magno, recibiendo influencias orientales. Todo ello lleva a un empobrecimiento económico y cultural, así como a un cambio en los valores humanísticos anteriores. Es un periodo muy amplio , desde el IV al II a.C (hasta en 143 a.C.).
    ARQUITECTURA GRIEGA

    LOS ORDENES ARQUITECTÓNICOS
    Por la forma de columnas y entablamentos se distinguen tres órdenes en la arquitectura griega:
    Dórico.—El templo dórico se baila inspirado en el megarón prehelénico, tipo de casa constituido por una simple sala rectangular, abierta por uno de los lados menores y precedida de un vestíbulo con columnas, a la que se le añadió un pórtico en torno.

    En el período clásico, el templo dórico se alza sobre una terraza o basamento con una serie de peldaños, llamándose estilóbato al último peldaño, sobre el que descansa la columna dórica, sin basa, de fuste estriado (14 a 20 estrías), con aristas vivas y disminuida hacia arriba. El astrágalo sirve de transición al capitel, formado por collarino,, equino y abaco, sobre el que descansa el entablamento. Este se halla constituido por el arquitrabe, que descansa sobre el abaco del capitel, friso, dividido en metopas (recuadros aptos para ser decorados) y triglifos, formados por tres bandas verticales que rematan por su parte inferior en gotas, y cornisa, tercero y último elemento del entablamento, con los mútulos, y rematando en el cimacio en saledizo. Sobre el entablamento descansa el tejado, a dos vertientes, terminado, en los frentes, por los frontones, con las acróteras para colocar figuras decorativas y tímpano decorado.

    Jónico.—Se desarrolla en las costas jónicas e islas del mar Egeo. Más elegante y lujoso que el sobrio estilo dórico de la península con su rígida proporcionalidad. Presenta la columna más esbelta, diferenciándose de la dórica en que tiene basa, de dos tipos: el de Asia Menor, formada por un toro y varias escocias, y la ática, formada por dos toros y una o varias escocias, intermedias entre dos filetes; el fuste, más esbelto, presenta mayor número de acanaladuras, que no presentan arista viva, y capitel, formado por dos volutas/cojinete y abaco, ornamentados con ovas y flechas. El entablamento es menos alto; el arquitrabe con tres bandas lisas en resalte, que se denominan platabandas; friso, que a veces falta, decorado con relieves, y cornisa, con dentículos y decoración de flechas y ovas.
    Corintio.—Aparece a fines del siglo V. En esencia no constituye un orden de arquitectura, sino que es una variante del jónico, cuya diferenciación esencial consiste en el capitel y en la mayor riqueza en la ornamentación. Se pueden distinguir dos tipos de capiteles: uno, formado por una serie de ocho hojas de acanto, de las que surge un segundo orden de hojas acuáticas, sobre las que descansa un abaco cuadrado extremadamente fino, y otro, formado por dos series de hojas de acanto, superpuestas, de las qne surgen ocho caulículos que forman dos volutas convergentes en cada ángulo y otras más pequeñas en los centros, sobre los que se colocan palmetas, descansando sobre ellos el abaco ornamentado.
    EL TEMPLO

    El templo griego está destinado exclusivamente a alojar la representación antropomórfica de la divinidad. No es lugar destinado a la congregación de fieles, y, por tanto, es de reducidas proporciones. Consta de una sala rectangular naos o cella), donde está la imagen, un pórtico (pronaos) y, a veces, una cámara en la parte posterior (opistodomos). Se distinguen diversos tipos de templos: según el número de columnas en su frente, se llamará tetrástilo (4), exástilo (6), octástilo (8} o decástilo (10).

    En los lados mayores, el número de columnas suele ser igual al doble más uno del número de columnas colocadas al frente. Si sólo tiene pórtico en un frente, se llamará próstilo; si en los dos, anfipróstilo. Cuando está odeado de columnas exentas, períptero; si son dos filas, díptero; cuando las columnas están adosadas en los lados mayores, pseudoperíptero; circular con columnas, monóptero: careciendo de columnas, áptero. Sin cubierta, híptero.

    PERIODO ARCÁICO
    Se extienden por el Peloponeso, Creta, Tesalia, Sicilia e Italia meridional. El templo primitivo, de los siglos VII y VI a.C, es de ladrillo y madera, que va siendo sustituida paulatinamente por la piedra que hereda sus formas, hallándose muestras evidentes de ello en los templos de Hera, en Olimpia. En la primera mitad del siglo v, el templo dórico adquiere ya unas formas fijas, y del que son ejemplares característicos el templo de Poseidón, en Paestum, análogo y contemporáneo al templo de Zeus, en Olimpia, construido hacia 460 por LIBÓN DE ELEA, con la cella dividida en tres naves por dos series de columnas.

    PERIODO CLASICO
    CONSTRUCCIONES EN LA ACRÓPOLIS ATENIENSE: El templo alcanza sus más logradas

    realizaciones en el siglo V con la hegemonía ateniense. En los días de esplendor de Atenas, se erigen en su Acrópolis los edificios más bellos del arte griego. Junto al Parlhenón, obra maestra del dórico, se alzan las mejores obras del estilo jónico, como el Erecteíon o el pequeño templo de Atenea Nike.
    EL PARTHENÓN:Comenzado en 447, se termina hacia 437, siendo sus arquitectos ICTINOS y CALÍCRATES.


    Es un templo dórico, oetástilo, períptero, con cella precedida de un pórtico exástilo y dividida en la naos propiamente dicha, donde se hallaba la estatua criselefantina de Atenea, obra de Fidias y al fondo el opistodomos o sala de las vírgenes, que da nombre al templo.
    Construido con sillares de mármol del Pentélico, colocados sin argamasa alguna, reforzados a veces por grapas de metal, el Parthenón es un ejemplo característico de la maestría que alcanzaron los arquitectos griegos en la construcción de templos; en él, para efectos visuales, ni los entablamentos ni el basamento son rectos, sino ligeramente convexos; los intercolumnios no mantienen siempre las mismas distancias ni las columnas son todas de las mismas dimensiones, sino que las de los ángulos son más gruesas.

    Acrópolis 3D from Ardentía on Vimeo.
    La decoración escultórica se extendía por frontones, metopas y  en el friso corrido en el exterior de la cella.
    Los PROPILEOS: Es el edificio más original de la arquitectura dórica del siglo V. Construido entre 437 y  432 por el arquitecto MNESICLES, consta de dos pórticos unidos, dórico el exterior y jónico el interior, con seis columnas por cada lado, comprendiendo el plan dos grandes alas, flanqueando el pórtico oriental, y otras dos pequeñas el occidental, que no llegaron a ejecutarse. Una de las alas mayores se destinó a Pinacoteca.
    TEMPLO DE ATENEA NIKÉ.: Pequeño templo tetrástilo de proporciones elevadas, magnífico ejemplar del orden jónico. Construido por CALLICRATES, dedicado a la Victoria Áptera ateniense.
    EL ERECTEÍON: Obra maestra del jónico. Por la complejidad de su plan aparece como una excepción entre los templos griegos.

    Construido entre 421 y 406, hubo de ajustarse su arquitecto FILOCLES (MNESICLES) al fuerte desnivel que presentaba el terreno. Dedicado a tres divinidades (Atenea, Poseidón y Erecteo) se abre, en el lado oriental, un pórtico exástilo, núcleo principal, al que se añaden, al Norte, un pórtico tetrástilo, y al Sur, la célebre tribuna de las Cariátides. Junto a él estaba el Pandroseum, donde estaban los olivos sagrados.
    EL TESEION: En la parte baja de la Acrópolis, dedicado a Hefaistos. Contemporáneo del Pathenón, pero de otros arquitectos. Dórico, exástilo y períptero, con friso corrido en la pronaos y opistodomos.

    PERIODO HELENÍSTICO
    En el período helenístico, el centro artístico del arte griego se desplaza de la Grecia propia hacia las nuevas capitales del helenismo. La conquista de Oriente modifica el espíritu griego, se tiende hacia las concepciones grandiosas, al colosalismo en las proporciones, al lujo ornamental. El orden dórico se abandona prácticamente por su extremada severidad. Olvídanse las relaciones fijas existentes entre las diversas partes de un edificio y se emplea en ocasiones el capitel corintio con entablamento dórico. Aun el propio capitel corintio se enriquece mediante la colocación en los ángulos de figuras animales. Se adoptan tipos orientales, como el capitel palmiforme. En la cubierta se emplea en algunas ocasiones la bóveda. Entre los grandes templos construidos en este período se destacan: el de Zeus, al pie de la acrópolis ateniense, de más de cien metros de longitud, comenzado en el siglo II a. C, y que no habrá de terminarse hasta tiempos de Adriano.
    Pero, sin embargo, son quizá los conjuntos urbanísticos lo más interesante de la arquitectura helenitica. Concebidas en grandes proporciones, se erigen las grandes ciudades helenísticas con arreglo a un plan preestablecido. Se construyen grandes palacios, santuarios, teatros y lugares de reunión, que desarrollan los tipos creados en épocas anteriores con más amplitud, lujo y comodidad. Algunas ciudades helenísticas se distinguían por sus monumentos: Pérgamo, por sus palacios y santuarios, entre los que destacaba el gran Altar de Zeus, con pórtico jónico tetrástilo en la parte superior, y el gran podium, con la Gigantomaquia, en la parte inferior; y Alejandría, por su gran torre del faro a la entrada del puerto, erigida en 280, y conocida por sus múltiples descripciones y reproducciones en monedas.

    ESCULTURA GRIEGA

    Desde los inicios de la cultura griega la temática de la escultura griega, relieve, cerámica, estatuillas, etc, se centra siempre en la figura humana. De todas estas técnicas, la gran escultura de bulto redondo será la más propicia para plasmar la grandeza y la perfección con las que los griegos concebían el cuerpo humano.
    Al igual que en la arquitectura, existe una periodización escultórica que es la siguiente:
    • Período arcaico: del S.VII al 500 a.C.
    • Período de transición o Estilo Severo: del 500 al 475 a.C.·
    • Período Clásico: del 480 al 313 a.C.
    • Período Helenístico: del 313 al 146 a.C.
    CARACTERÍSTICAS:
    En principio y como ya hemos visto, se trata de un arte humanista (el ser humano es la medida), pero tamizado por la idea de "lo bello" y "lo bueno", lo que obliga a corregir la propia naturaleza para mejorarla según unos modelos y paradigmas.
    Los materiales son el bronce, la piedra o el mármol, en la mayoría de los  casos coloreados y con incrustaciones de materias vítreas en los ojos y láminas rojizas en los labios.
    Se trata de una escultura de bulto redono y en relieve que se adapta al marco arquitectónico
    Para poder comparar las distintas etapas hay que tener en cuenta:
    • Mayor o menor ciencia anatómica 
    • Mayor o menor conquista del movimiento 
    • Mayor o menor sentido del parecido individual 
    • Mayor o menor expresión del sentimiento 
    • Mayor o menor consecución de la perspectiva 
    • Mayor o menor ordenación de grupos complejos
    Periodo arcaico
    El verdadero periodo arcaico comprende los siglos VII y VI a. C.. Anteriormente  se  sabe  de   la  existencia  de  los  "xóana",  exvotos estilizados de carácter mágico que eran normalmente de madera y se convirtieron  en  los  antecedentes  de  los  KURÓS  y  KORÉ,  modelos masculino y femenino respectivamente de la escultura arcaica.
    Es difícil establecer clasificaciones rigurosas porque muchos de los artistas que los ejecutaban circulaban fácilmente por el mundo griego. Lo significativo empiezan a aparecer obras firmadas lo que nos habla de que la valoración del artista es que crecia notablemente.
    La Dama de Auxerre es una figura de líneas elementales, actitud exvota, escultura bloque. De cintura para arriba se intenta dar un cierto naturalismo femenino. Se descubrió en Creta y pasa por ser la primera obra que se conserva completa; se trata de una estatua votiva y destaca su sentido de frontalidad, el pelo sigue la moda egipcia del peinado en pisos, desproporciones evidentes (las manos) nos alejan del naturalismo. Otra xoana en piedra es la Hera de Samos, ya de la primera mitad del s. VI y con características similares, las cuales se pueden resumir en rigidez, hieratismo, frontalidad y sentido de bloque.
    El Kurós (Kuroi en plural) son atletas vencedores en los juegos, héroes desnudos y representados de pie, con los brazos pegados al cuerpo y la pierna izquierda adelantada. Todavía son figuras demasiado estáticas e inexpresivas, acusando un cierto frontalismo de influencia oriental, con los ojos demasiado prominentes y el pelo es una masa compacta surcada por líneas geométricas que caen sobre la espalda.

    Estos Kuroi irán evolucionando hacia un naturalismo y una elegancia cada vez mayor.

    Estilo Severo
    La tipología de Kurós y Koré evoluciona en formas anatómicas, en pliegues de los vestidos, en peinados, se elimina poco a poco ese hieratismo, esa sonrisa arcaica inexpresiva. Así llegamos al primer tercio del siglo V donde la escultura atraviesa una fase de transición que preludia la época arcaica. La producción artística del estilo severo se caracteriza por una cierta idealización de la figura humana pero mucho más cercana a la realidad, expresión seria de la figuras (como contrapunto a la sonrisa arcaica), el equilibrio, la serenidad y la dignidad en el tratamiento de las divinidades.
    El ejemplo más representativo del estilo severo es el Aúriga de Delfos. En esta época las técnicas del bronce adelantan a las del mármol (cera perdida). Esta es una obra en bronce que data del 474 a.C. y es atribuida a Pitágoras de Samos. Es la única figura del grupo que se conserva y muestra al conductor de una cuádriga victoriosa, encargada por el tirano Polyzalos de Gela para conmemorar su victoria en una carrera de cuadrigas en Delfos. Vemos en él todavía una cierta rigidez pero el naturalismo es muy superior al kurós arcaico, sobre todo en la parte superior del chitón que está mucho más cuidadao que la parte inferior; el cabello también se trata con natulaismos. Otro ejemplo de este período es el grupo de los Tiranicidas del broncista Kritios. En ellos vemos una gran evolución en cuanto al estudio de las anatomías, con poses muy definidas.

    Periodo Clásico
    El siglo V representa para el arte griego su momento clásico. Conquistada la técnica, el artista expresa la idealidad soñada por la Grecia de Ferícles. La humanidad se diviniza. Este momento se halla representado por la gran triada: Mirón, Fidias, Policleto,

    MIRÓN, natural de Eleutere, en Beocia, es escultor en bronce, distinguiéndose esencialmente por su sentido del movimiento. Sus obras las conocemos a través de copias: tales son el grupo de Atenea y Marsyas, y el Discóbolo, representación de un joven atleta en el momento de lanzar el disco.
    El artista más representativo de la escultura ática en el siglo V es FIDIAS, nacido hacia 490 a. C., y al parecer educado en una ciudad jonia. Su actividad se concentra fundamentalmente en torno a la acrópolis ateniense. Fidias aporta a la perfección técnica una vida espiritual idealizada que informa todas sus obras, siendo por esto el
    más genuino representante del arte clásico griego. De sus obras no ha llegado a nosotros ninguna original, y aun, en la mayoría de los casos, las copias son atribuciones, sin que pueda precisarse hasta qué punto responden a la obra del maestro.
    De la gran estatua criselefantina (en oro y marfil.) de Zeus, que hizo para el santuario de Olimpia, sólo nos quedan algunas descripciones y su representación en las monedas, que nos permiten darnos una somera idea de ésta, una de sus obras maestras. Del mismo tipo, también criselefantina, era la gran estatua de Athenea Parthenos, que se alzaba en la cella del Parthenón ateniense, la que conocemos fundamentalmente a través de una pequeña copia, llamada del Varvakion, en el Museo de Atenas. Son obras suyas los dos frontones del Parthenón: el oriental, con la representación del nacimiento de Atenea de la frente de Zeus, y el occidental, que representaba, según Paussnias, el combate entre Poseidón y Atenea por la posesión del Ática; ambos, en estado fragmentario, se hallan en el British Museum, Bajo su dirección se ejecutaron también las noventa y dos metopas del Parthenón, con representaciones de combates de gigantes, centauros y episodios de la guerra de Troya, y el magnífico friso de las Panateneas, en el exterior de la cella, en el que se representaba la procesión que se organizaba anualmente para ofrendar a la diosa Atenea el peplo tejido por las vírgenes atenienses.
    Más joven que Fidias es POLICLETO de Sicione, que forma con Mirón y Fidias la gran triada del siglo V.
    Policleto se distingue esencialmente por fijar las proporciones ideales del cuerpo humano. A este respecto, con sus obras características el Doríforo o portador de lanza, conocido por «el canon», por ser en ella donde más claramente se fija la proporcionalidad entre las diversas partes del cuerpo humano; repitiéndose el tipo en el Diadúmenos, atleta que se ciñe la cabeza con la cinta de la victoria en los juegos. Relacionados con su estilo se hallan la Amazona herida, del Museo de Berlín, y el Efebo, bronce del Museo de Florencia, única obra que se supone original.
    Al carácter idealista de las obras de Fidias y a la búsqueda de una proporcionalidad física en las obras de Polícleto sucede, en el siglo IV, un período en que humanizándose las divinidades se atiende más a la expresión del sentimiento, del dolor, y al sentido de la elegancia, no exenta de melancolía.
    Se pueden resumir sus caracteres en:
    Un creciente realismo que se concreta en el cultivo del retrato.
    El afán de mayor expresión de los sentimientos humanos
    Un tratamiento de los temas religiosos más cotidiano en el que trasluce el escepticismo de la época
    Perduración, no obstante, de nuevos tipos de belleza ideal con cánones más alargados y estilizados
    Sobresalen: Scopas, Praxíteles y Lisipo.

    SKOPAS DE PAROS, nacido a principios del siglo IV, se distingue por el sentido melancólico y trágico que imprime a sus figuras. Sus obras fundamentales, frontones del templo de Apolo en Tegea y friso del Mausoleo de Halicarnaso, se conservan en estado fragmentario. Sus características se hallan fuertemente acusadas en la cabeza de Meleagro (Vaticano) y la cabeza femenina (Berlín), en las que el pathos típico de la obra de Skopas se acusa en la profundidad de los ojos, con la curva del arco superciliar muy señalada, y en el rictus amargo de la boca, que se contrae de dolor.
    Por el contrario, PRAXÍTELES, que florece entre 360 y 330 a. C., es el escultor de la gracia juvenil, por sus rostros iluminados por una leve sonrisa idealizada y la grácil silueta, ligeramente incurvada, de los cuerpos, que ha de ser fuertemente acusada por sus seguidores, llegándose a un verdadero manierismo. De Praxíteles es la composición de Hermes con Dionisio niño, en el Museo de Olimpia. Tipo juvenil, con análogas
    características, acusando la curva «praxitélica», es el Apolo Sauróctono. En tipos femeninos es su obra maestra la Afrodita de Cnido, obra realizada en el 370 y representa a Afrodita en el momento de disfrutar del baño ritual, por lo que aparece desnuda y depositando suavemente sus ropas sobre un jarrón (en su momento escandalizó), destacan las "curvas praxitelianas", su actitud recatada e ingenua con una mano sobre el pubis, el tratamiento gestual idealizado pero cargado de una media sonrisa.

    En la segunda mitad del siglo destaca en el Peloponeso LISIPO, discípulo de Polícleto y escultor favorito de Alejandro Magno, a quien teirata en numerosas ocasiones. Con Lisipo el canon de Polítleto se hace más esbelto, a la vez que la elegancia de la curva praxitélíca se trueca en movimiento, características típicas reflejadas en su Apoxiomenos del Vaticano, representando un atleta que se limpia la arena con el strígilo. Se le atribuye, además, la estatua de Heracles Farnesio (bronce del Museo de Nápóles).

    Periodo Helenístico
    La expedición y conquista de Alejandro desplazó los centros de cultura hacia las nuevas capitales del Helenismo. Si bien en un principio se continuó la tradición de las escuelas áticas y de Lisipo, se tiende cada vez más a huir del idealismo del período clásico, hacia el realismo y la expresión del movimiento, se busca lo individual, tendiendo a captar la pasión y el sentimiento, los temas cambian  difundiéndose el retrato y los relieves históricos, apareciendo las efigies de los humildes. Al estilo de Lisipo corresponde aún el Hermes sentado del Museo de Nápoles, y la magnífica Ménade del Museo de Berlín.

    Al mismo tiempo aparecen las escenas del género, como el Niño con el ganso, de BOETHOS, y el desnudo femenino se propaga rápidamente, del que son ejemplos de primer orden las Afroditas de Medicis, Viena y de Milo (Louvre).
    En el siglo II surgen las escuelas locales de Pérgamo y Rodas, principalmente. A la primera pertenecen los grupos, de la época de Átalo I, con representaciones de las luchas contra los galos invasores, con las realistas y magníficas representaciones de galos moribundos y heridos; pero, no obstante, la obra capital de esta escuela, y quizá de todo el arte helenístico, son los relieves del altar de Pérgamo, erigido por Eumenes II, en la primera mitad del siglo II a. C., en el que se representa la lucha de los dioses contra los gigantes, con un sentido dramático no superado en la plástica griega.
    A la escuela de Rodas, íntimamente ligada con la de Pérgamo, pertenece el grupo del Laoconte y sus hijos—obra del escultor AGESANDRO y sus hijos POLIDORO y ATANODORO—, representados engarzados por los anillos de la serpiente, grupo de un hondo sentido trágico que luego, al ser descubierto en 1506, hubo de inspirar a los artistas del Renacimiento. El grupo describe el pasaje de la Eneida de Virgilio, cuando Laoconte, sacerdote de Apolo, se opone a la entrada de un caballo griego en la toma de Troya; es entonces cuando él y sus hijos son atacados por sendas serpientes sobre el altar de Poseidón, al que habían ofendido. Todo es dramatismo, teatralidad y movimiento, lo que nos da idea de su barroquización. Debe valorarse el estudio anatómico del padre en el que se marcan músculos y venas; la expresión de los rostros acompaña todo el conjunto. A la escuela de Rodas pertenece la obra de APOLONIO y TÁURICO DE TRALLES, el Toro Farnesio (Museo de Napóles), que representa el castigo de Dirce por sus hermanos, que la atan a un toro salvaje.