miércoles, 27 de abril de 2011

EL ARTE DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX (ESCULTURA)

Es posible que sea el arte escultórico el que experimenta una revolución más radical en el siglo XX. Sus tendencias evolucionan siguiendo un camino paralelo al de la pintura y, en bastantes casos, los pintores cultivan también la escultura.
Por un lado, encontramos cambios radicales en la temática: la figura humana pierde su omnipresencia para dejar paso a las formas geométricas. Por otro lado, surge una cierta propensión al patetismo que convierte el lenguaje escultórico en otro medio de expresión de la angustia del hombre actual.


El rumano CONSTANTIN BRANCUSI (1876-1957). En 1904 está ya en París recogiendo sugerencias de todas las vanguardias, pero poco a poco va uniendo formas cubistas con enfoques expresionistas, creando obras como el Beso, donde insufla un aliento espiritual, un ritmo dinámico, vertical. Podría
decirse que Brancusi buscaba las pureza de las formas, pero que éstas no eran más que un pretexto para mostrarnos el espíritu, lo inmaterial, lo permanente. Tal vez ello explique porqué muchas de sus esculturas presentan esas formas alargadas tan características, como si quisieran soltarse de sus pedestales y romper a volar, libres de toda atadura.

 DADAISMO Y MARCEL DUCHAMP (1887-1968)
Se inicia como pintor, pero cambiará su trayectoria a escultor, concretada en la realización de su primer "objeto encontrado", la "rueda de bicicleta" denominado por la crítica como ready-made (listo y hecho:el proceso de tomar objetos cotidianos y a menudo fabricados en serie y añadiendo la firma de DuChamp), una verdadera innovación escultórica.
Con ello pasa a convertir objetos cotidianos, que no poseen ningún valor específico y a los que él añade una mínima transformación, en obras de arte, sacándolas de su contexto habitual.
Hay pues aquí una posición muy cercana a los planteamientos dadaístas, en cuanto supone una fuerte crítica al propio sentido del arte y a su consideración en la sociedad contemporánea.
Dedica ocho años a realizar su obra más conocida: "el Gran Vidrio", que no podemos considerar únicamente como pintura; es más bien una máquina virtual disparatada y genial.
En el Gran Vidrio eso se percibe con claridad, la complejidad, suma de los muchos intereses que el autor tuvo a lo largo de su vida, y llegó a publicar, en 1934, un manual, a la manera de un libro de instrucciones de esos que vienen con cualquier aparato, que había que leer al mismo tiempo que se contemplaba la obra. En 1926, durante un traslado de la obra el vidrio sufrió desperfectos y en ese momento Duchamp la declaró concluida.
BOCCIONI (1876-1942) es el mejor representante de la escultura futurista. Sus obras tratan de representar el movimiento a partir de posiciones sucesivas, en las que la figura "conquista" fragmentos del espacio.
Futurismo, el cubismo italiano. Autor del manifiesto futurista en el que defiende que “Un coche de carreras es más bello que la Victoria de Samotracia”, basa su arte en el movimiento aerodinámico, la velocidad y las formas variables. En Formas únicas de continuidad en el espacio, los planos acentúan el movimiento.
Intenta dar movimiento en la escultura, para dar a la obra de arte dinamicidad y agitación.
La forma de conseguirlo es romper las líneas cerradas en las que la escultura tradicional envolvía su volumen, de tal forma que sus límites queden imprecisos e indeterminados para el espectador.
La escultura podría contemplarse como una figura que avanza imparable a gran velocidad, sensación que se transmite abriendo el contorno de la pieza a base de multiplicar planos y ángulos de visión.
PABLO GARGALLO
Los dos artistas españoles, González y Gargallo, son los grandes innovadores en el trabajo del hierro. Julio González (1876-1942), partiendo de formas cubistas llega hasta la abstracción, modelando poliedros abruptos y eruptivos de picos. Gargallo (1881-1934) descubre primero en las chapas de hierro su configuración geométrica, pero pronto llega a aprovechar los espacios vacíos y a dotarles de fuerza, lo mismo que a las aristas.
Pablo Gargallo se interesó por hacer figuras y caras de cobre cortándolas. Interesado en el arte tribal, unió la tradición española con el martillado y la fabricación de metales africanos. Utiliza la chapa y juega con el vacío y formas cóncavas y convexas (contrastes de luces y sombras) creando un volumen virtual. Hace que el espectador colabore en el entendimiento de la obra, reflejo de lo que pregona la moderna psicología experimental (que el ser humano esta capacitado para completar lo meramente sugerido).
Puedes recorrer virtualmente el museo Pablo Gargallo de Zaragoza, aunque mejor es ir a visitarlo, que está recikén remodelado

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