viernes, 5 de noviembre de 2010

EL PRIMER ROMÁNICO EN ARAGÓN (IGLESIAS DEL SERRABLO)

Rafael Sánchez Ventura en 1922 fue el primero que empezó a hablar de la existencia de una serie de pequeñas iglesias en la comarca del Serrablo aragonés junto en la margen derecha del río Gállego y dio noticia de su existencia a la historia. La primera publicación tendría lugar en 1933 a cargo de José Galiáy, que reconocería el mérito de Sánchez Ventura.
San Juan de Busa
Desde el descubrimiento de estas pequeñas ermitas surgió la controversia entre el carácter mozárabe, visigodo, primer románico o simplemente algo autóctono de ese lugar. A partir de ese momento las atribuciones a uno u otro estilo se sucedieron hasta que triunfaron las tesis mozarabistas, sin embargo existen tantas razones para apoyarlas como para lo contrario, de manera que no sería del todo errado hablar de un estilo constructivo autóctono. Pero veamos los rasgos causantes de la controversia.
Puerta de San Juan de Busa

Entre los mozárabes podemos señalar el uso de arco de herradura en las ventanas y puertas; la utilización del alfiz y la no occidentalización de la entrada, prefiriendo situar ésta en los laterales de la fachada. A su vez rasgos mozárabes, como el modillón de rollo en los aleros, el ábside de herradura, el capitel corintio con cimacio escalonado y collarino sogueado, no aparecen en estas iglesias
Por otro lado hay bastantes detalles del arte musulmán, así como del carolingio, como el aljimez en las ventanas de herradura, la iconografía abstracta de clara ascendencia musulmana y aspectos como el arco de medio punto, las arquerías ciegas pertenecen al estilo carolingio.
Todo parece indicar que en distintas partes de Europa del “Primer Románico”, habría cuadrillas volantes regionales que recibirían cada una de ellas diferentes influencias, en Aragón es normal que estas influencias fueran árabes, pues la convivencia existía; a todo ello habría que incluir influencias de la Lombardía, como indican las denominadas “bandas lombardas”.
Todas estas iglesias fueron construidas en los siglos X y XI y presentan características similares:
•Planta rectangular cubierta con techumbre de madera y tejado a dos vertientes, excepto la de Lárrede que es de cruz latina, y que se remata con un ábside semicircular.
•Torre-campanario, imitando quizá a los minaretes.
Ventana ajemizada de San Juán de Busa
•Las ventanas se disponen en el muro meridional y occidental. Tipo de arcos: de herradura muy cerrado y semicircular.
•Puerta de entrada: arco de herradura y alfiz (esto último se discute).
•Ábside: semicircular con bóveda de cuarto de esfera o de horno. En el exterior aparecen tres rasgos distintivos de estas iglesias: el friso de elementos cilíndricos o baquetones, un basamento inferior recorrido por una moldura redondeada y unas lesenas o bandas lombardas unidas mediante arcos ciegos.
San Bartolomé de Gavín
«En definitiva, como bien ha dejado establecido don Antonio Durán, la iglesia mozárabe serrablesa viene a ser una síntesis de las corrientes culturales del viejo Aragón altomedieval, puesta al servicio de la antigua liturgia hispánica. Hereda del mozarabismo la concepción de la nave; adopta de la arquitectura carolingia la traza y decoración del ábside semicircular; y asume del arte musulmán la ventana ajimezada, el alfiz, la torre-campanario, y, posiblemente, el friso de baquetones». (J. Garcés: Guía de Serrablo, Amigos del Serrablo, 2004)

Evolución
En un principio, la llegada de cristianos pobladores, procedentes de Navarra y el condado de Aragón, en el primer cuarto del siglo X hace posible que se levanten unas iglesias de tradición visigótica. A mediados de siglo, una segunda oleada la componen mozárabes procedentes del waliato musulmán de Huesca que dejará su impronta en el mozárabe serrablés.
De tal suerte, las iglesias mozárabes de Serrablo se levantaron entre mediados del siglo X y mediados del XI, distinguiendo en este periodo cuatro fases.
Baquetones en Satué
Lesenas unidas por arcos ciegos
A esa primera oleada, que transcurre desde el año 920 a 950, corresponderían tres iglesias de ábside rectangular y en las que se usa el arco de herradura pero se desconoce el alfiz. Son las iglesias de San Bartolomé de Gavín y las ermitas de San Juan y Santa María de Espierre. Habría que añadir probablemente el monasterio de San Pelay de Gavín, no hace mucho descubierto. Son iglesias de tradición visigótica emparentadas directamente con las de San Julián de Asprilla de Espuéndolas, San Bartolomé de Bergua y las de San Martín y Santa María de Belsué. Serían iglesias de población que se levantarían alrededor de la tercera década del siglo X por gentes aragonesas y navarras al extenderse el condado de Aragón por estas tierras.
Otal
Durante la segunda mitad del siglo X se desarrollaría una segunda etapa constructiva. Aparece el alfiz, el friso de baquetones y las arcuaciones murales ciegas en los ábsides, reforzándose el uso del arco de herradura y las torres-minarete. Corresponderían a este periodo las iglesias de Lárrede, Busa, Susín, Santa María de Gavín, Basarán, Otal, Rasal y la torre de San Bartolomé de Gavín.
En el primer cuarto del siglo XI puede cotejarse un tercer momento en esta evolución cosnstructiva del mozárabe serrablés. Deja de utilizarse el arco de herradura y el alfiz, conservándose la torre y la decoración exterior del ábside. Se incluyen en esta etapa la iglesia pequeña de Lasieso con su torre, Orós Bajo, Satué, Ordovés e Isún.
La última fase se ve influenciada por el estilo lombardo, abarcando el segundo cuarto del siglo XI. Se mantiene el friso de baquetones y se incorporan las arcuaciones lombardas. Se encuadran en este periodo iglesias algo alejadas del núcleo propiamente serrablés: Sescún, Nasarre, Larrosa, Banaguás, Larrosa y Yeste.
La construcción de todas estas iglesias partió de los monasterios, promotores de la cristianización del territorio serrablés y activos impulsores de su repoblación.
Principales ejemplos
San Pedro de Lárrede
La Iglesia de San Pedro de Lárrede es el ejemplar más completo del grupo de templos serrableses, con nave rectangular cubierta con tejado a dos vertientes y dos capilla laterales, una de las cuales es la base de la torre. El ábside sigue las características comunes de este tipo de iglesias.

San Juan de Busa (Entre Lárrede y Oliván)
Su importancia radica en mantiene casi por completo su estado original. La nave rectangular se cubre mediante una techumbre de madera que llega hasta el ábside semicircular, el cual carece de la bóveda. En el muro oeste se abre una ventana ajaimezada con tres arquitos de herradura y en el meridional tres ventanas de arco de medio punto. La puerta de entrada, con arco de herradura enmarcado en alfiz.

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